Friday, September 30, 2005

12 campanazos armónicos y al último Howard trasciende

"I have to believe… that when things are bad… I can change them." (Jim Baddrock)

Definitivamente el hombre sabe hacer cine y televisión. Con antecedentes como "A Beautiful Mind" y su participación como productor ejecutivo de la espectacular "24", era de esperarse que Ron Howard hiciera de "Cinderella Man (El Luchador)" una verdadera obra de arte.

Ésta producción, realmente logra mover la fibra del espectador. Ya es sabido que éste tipo de películas son las más apetecidas por su enorme carga emocional. Sin embargo, pocas logran trascender y El Luchador, definitivamente, es de esas películas que uno recordará.

Al ver ésta cinta, es imposible no relacionar la dura situación que viven los personajes principales con la realidad de nuestro país. Es muy triste tener que presenciar una recreación del rígido azote de las crisis económicas y políticas de un país y saber que uno está muy cerca de ese tipo de escenario. Además cuesta pensar que una potencia como en la que se desarrolla la historia, haya pasado por ese tipo de penalidades.

La recarga dramática que posee el filme, convive con un ambiente de tensión que mantiene la atención intacta durante las dos horas con 20 minutos (mas o menos) que dura el largometraje. Estos últimos 20 minutos de la película, realmente son destacables.... lo ponen a uno en un nivel de tensión increíble (como quien dice, lo ponen a uno a "parir un hijo macho"). No cae en diálogos aburridos ni muy largos, las actuaciones son naturales, el nivel de tensión es alto, en fin, toda una serie de puntos a favor de su director Ron Howard y de su reparto.

Y hablando de reparto, no cabe duda que los protagonistas Russell Crowe (Jim Braddock) y Renée Zellweger (Mae Braddock) hacen una pareja excelente. Además de que son actores impecables, la personalidad de sus personajes respectivos les permitía reflejar una especie de aura inmaculada que se transmitía a través de la pantalla (Huyy.... eso sonó a Jannin).

Es una película para reflexionar en muchos aspectos. Uno es la incidencia que tiene la situación política y económica sobre el núcleo familiar. En este punto lo más importante a destacar es la reacción y posición de los personajes ante este tipo de crisis. Sin duda son personalidades dignas de ser modelos a seguir. ¡Mujeres, traten de igualar el nivel de comprensión y entereza de Mae Braddock!, ¡ese es el estereotipo de la mujer perfecta!, y ni hablar de la valentía y perseverancia de Jim Braddock; es difícil creer que estos personajes hayan sido así en la vida real. Otro aspecto para reflexión es, aunque suene un poco cursi, la inmensurable magnitud del amor de un padre y una madre hacia sus hijos. ¿Hasta que punto de sacrificio puede llegar uno como padre para mantener el bienestar de sus hijos?. Y no es por tratar de decir palabras bonitas, ni por adornar el texto, en realidad se logran transmitir todo este tipo de sentimientos y cuestiones durante la cinta. Personalmente no soy muy seguidor de las películas con mucha recarga dramática, pero ésta, está muy bien hecha. Otro punto interesante de la película que lo hace pensar a uno, es el nivel de fe que se tiene en las cosas y sobretodo en Dios. Tal vez una situación que se muestra en la producción y que podría pasar un poco desapercibida, es el hecho de cómo un solo hombre que ha perdido la fe en un momento de su vida, pueda llevar a una gran cantidad de gente a renovar la suya y prestarle apoyo desde esa perspectiva. Aunque al final no se enfatice en la recuperación de la fe en Dios del protagonista, es totalmente perceptible la ingerencia de la fe de las personas que lo rodean sobre el desarrollo de los sucesos.

En cuanto a la música, aunque está muy bien trabajada (y no esperaba menos de las manos de Thomas Newman), es demasiado melancólica para mi tosco gusto. Sin embargo compagina perfectamente con el filme.

En conclusión es una historia muy bien escrita, muy bien desarrollada y muy bien mostrada, saturada de un sinnúmero de lecciones de vida y con una enseñanza concreta al final. En éste nivel quiero citar de nuevo la frase que menciono al principio: "I have to believe… that when things are bad… I can change them.". Mas claro no puede ser.

Aunque a primera vista el nombre en inglés de esta producción pueda sonar un poco ridículo, en el transcurso de la trama uno se da cuenta que es el ideal. Los campanazos del reloj de la cenicienta son traducidos en campanazos dentro de un cuadrilátero...... 12 rounds se llevan a cabo durante la última pelea de la película y en el último se imprime el sello de calidad de Ron Howard.

RASOFF

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