Aunque siempre me ha resultado un poco difícil (¿O debería decir muy?) manejar con bajo perfil el hecho de ser fanático asiduo de Harry Potter, debo confesar que una vez más he claudicado en el intento. Los quince primeros días del mes de Julio estuve mirando cada hora los portales de cine para salir corriendo apenas abrieran boleterías. Creo que en ninguna entrega estuve expectante con tanta pasión como en ésta. Este comportamiento se debió a dos razones: la primera es que el libro me dejo con el pulso acelerado, y en lo que va de la saga, ha sido el más emocionante y oscuro; la segunda es que David Yates me convenció con su trabajo en The Order of The Phoenix.Cuando apareció la noticia de que el estreno se retrasaría quince días para Imax por temas contractuales con Transformers 2, casi me da un soponcio, entonces mi novia me dijo: “vamos a cine convencional, yo me encargo de comprar las boletas”. Sin embargo, algunos días después: “amor, no hice la vuelta de comprar las boletas, como te dije, pero podemos ir hoy (un día antes del estreno) a ver si hay lugares”; en ese momento se produjo algo como un hongo nuclear visto desde el cielo. Y es que con el megacombo Terminator-Transformers-EradeHielo-HarryPotter, no hay quien consiga buenos sitios en un multiplex (qué desgracia tan infinita!!). Luego del berrinche respectivo y de agotar todos los recursos, por alguna intervención divina, pudimos conseguir lugar en último momento.
Allí estaba, luego de atravesar media ciudad llena de trancones, con el pulso acelerado, vena en la frente y ojos rojos, viendo en pantalla el logo de la Warner Brothers: Empieza la función.
David Yates repite dirección en la tan afamada y sobretodo lucrativa saga Harry Potter. Y parece que ha sido congraciado por los directivos, puesto que lo tendremos también en la próxima entrega que además se dividirá en dos partes (una decisión muy inteligente).
Cuando uno ve los trailers de HP:HBP y además se ha leído el libro, se le vienen a la mente un sinnúmero de visiones con efectos fastuosos, de luchas entre magos y acción a la lata. Sin embargo, a más de media película la pregunta obvia es: ¿Será que me equivoqué de película? Y es que HP:HBP es más drama que cualquier otra cosa. Y no es que quiera decir que la producción estuvo mala, pero ¿Dónde diantres está la acción que caracteriza el final de este volumen de la historia? David Yates se lo tragó vilmente sin dejarle ese gusto a los fanáticos y amantes de blockbusters.No sabría decidir si a Yates se le perdona esta falta, lo que sí es seguro es que el resto del trabajo, tuvo un excelente acabado. Aún cuando el mayor acierto en la producción anterior de Yates fue suprimir detalles innecesarios y resaltar puntos precisos del libro, esta vez se le fue un poco la mano. Tal vez si disminuyera un poco la relevancia de las relaciones sentimentales entre los personajes (especialmente la de Ron) y le transmitiera ese peso a la historia de Voldemort, el resultado hubiera mejorado bastante.
La fotografía estuvo excelente, haciéndole honor a la mayoría de las entregas, y la calidad de los efectos ni se diga. Lo que contrasta de forma particular con una banda sonora más bien pícara en medio de tanto drama.
Además del drama excesivo hay algo en esta película que realmente marca la diferencia con respecto a las demás: podemos ver que Daniel Radcliffe realmente actúa. También vemos a un Dumbledore más cercano al público y con mayor expresión en su rostro (cosa que siempre había sido difícil, sobre todo por la abundante barba). Helena Bonham Carter repite su magistral intervención como Bellatrix Lestrange (aunque sin aportar al personaje ni a la historia). Debo decir que me declaré admirador desde su actuación en Frankenstein de Kenneth Branagh. Jim Broadbent encarna a un profesor Slughorn exacto al de la letra de J.K. Rowling. El casting, guiado por un libreto bastante bien logrado, le dan vida a la sexta entrega de Harry Potter.No quiero dejar de mencionar que me causó gracia ver que por fin Radcliffe pudo respirar tranquilo sin pensar que si lo hacía, se le vería la barba. Esta vez, por su edad en el libreto, ya puede hacer gala de pelo en pecho y remolino en el…. dejémoslo ahí.
Harry Potter and the Half-Blood Prince, con un título peculiar puesto que la trama está lejos de centrarse en el Príncipe Mestizo, se enmarca en una producción de excelente calidad en forma y fondo, pero falta del toque de acción que caracteriza la serie. A continuación Spoiler: *** Al final, quede con ese vacío de no haber visto la lucha de los mortífagos VS maestros y alumnos de Hogwards, lo que habría sido el toque definitivo para incluirla en mi favorita de la saga. *** Por este motivo, mi favorita sigue siendo Harry Potter and the Prisioner of Azkaban, de Cuaron, quién logro un balance perfecto. En cuanto a esta entrega, podríamos decir que es la oveja rosa de la familia.
… Termina la función.
Calificación: 3.5 (En escala de 1 a 5).
RASOFF


El show definitivamente se lo roba Buck, la Marmota, con una representación inmejorable, semejante a la de Jack Sparrow en los Piratas del Caribe. Scrat como siempre, haciendo alarde de su mal genio, se enfrenta a una decisión trascendental en su vida. Y es que el éxito de ésta película es que definitivamente plasma situaciones cotidianas reales, en un marco animado y muy cómico.
Transformers: Revenge of The Fallen, se perfila como la opera prima de Michael Bay. Y lo digo no en el buen sentido. En todos sus trabajos ha demostrado que concibe la parte visual y de sonido como un “casi todo” de una producción cinematográfica. Ésta producción muestra el clímax de sus preceptos y lleva ese “casi todo” a un “CASI TODO”.
En cuanto al casting, Shia LaBeouf hace buen trabajo, igual, no se le puede pedir que haga milagros con un personaje plano. Megan Fox, AY!! Megan, no pudo haber estado mejor; me refiero a que con un buen guión y un papel más elaborado, hubiera sido algo más que una especie de actriz porno o un “Mamasita, calladita te ves más buena”. Ni hablar de John Turturro presentando a un Agent Simmons patético o de Glenn Morshower personificando a un General Morshower (qué original!) que más parecía monja de la caridad que militar. Del resto del reparto, que entre el diablo y escoja. No obstante quiero rescatar la participación de Peter Cullen en la voz de Óptimus Prime quien tuvo las únicas dos o tres frases inteligentes de la producción ***
Como ya me desahogué, ahora asumiré con orgullo la falta de objetividad y criterio que me caracteriza. Así pues, confieso que la mayor parte del tiempo estuve “jetiabierto”, frente a la espectacularidad de las imágenes, porque cuando dije que Transformers 2 era la obra prima de Bay, definitivamente me refería a la fotografía y los efectos visuales. La calidad del sonido es inigualable: explosiones, balas, latas cayendo, todos los sonidos alrededor hacen que uno vibre con cada escena. Y por si fuera poco, tuve la oportunidad de verla en formato IMAX, lo que hace babear frente a los efectos. En la mayoría de los casos el montaje visual no es suficiente para disfrutar una película, pero cuando se trata de Bay, uno se sorprende. Aunque el guión no haya sido bueno, al menos la estructura y el hilo argumental se manejan bien, con un desarrollo que aunque lento, no es aburrido. Además, se acompaña de la excelente banda sonora creada por Steve Jablonsky que es digna de agregar a la colección.
Disney y Pixar demuestran una vez más que hay empresas que saben explotar lo que conocen. La animación y calidad de imágenes absolutamente impecables le dan vida a una historia que a pesar de ser pensada para un público infantil, lleva inmersa una enorme carga madura y emocional.
Las ocurrencias del pequeño Russell y la personalidad del chistoso Dug cautivaron mi atención, a tal punto que ya ubico a Dug y su debilidad por las ardillas en el segundo lugar de mi top 5 de panichifa (personajes animados chistosos favoritos), justo debajo de Scrat.
La bandera de McG en esta producción, definitivamente es la parte visual. Con tomas en movimiento inmejorables y con efectos visuales muy bien logrados, McG acompaña una historia, que si bien no es la más elaborada, por lo menos respeta y se acopla de manera aceptable (dentro de lo que se pudo lograr luego del desastre anterior) a las Terminator de James Cameron. No podría dormir sin citar la escena en que John Connor, intenta estabilizar un helicóptero fuera de control. Las imágenes son captadas desde afuera de la aeronave, en medio de una nube de arena y humo, mientras ésta da vueltas en sentido contrario al de la traslación de la cámara. La toma de secuencia con perspectivas en movimiento entrando y saliendo de la cabina del helicóptero, hicieron que en medio de la tensión se me escapara “excelllllente” en forma de susurro. A esa altura, la película ya habría pasado la prueba de efectos y fotografía.
La actuación de Bale, estuvo buena aunque no sobresaliente. Lo mejor de su repertorio es que NO transmitió la sensación (como crei que iba a suceder) de que en cualquier momento se pusiera máscara y alas de murciélago. Sam Worthington, por su parte, estuvo demasiado dramático para mi gusto, considerando que representa a un ex-convicto re-manufacturado. Algo así como Adela Noriega (Actriz de “teledramón” Mexicano) en un final de temporada de 24.
A pesar de la interpretación de mi mente ante tan nefasta introducción, es mi deber aceptar que el ambiente creado y la fotografía de la producción, estuvieron bastante buenos. De hecho se logra que en varias ocasiones uno se desacomode de la silla luego de un susto. No obstante y tristemente, los momentos de tensión no llenan el gran vacío generado por la falta de un argumento conciso y bien elaborado. De hecho, lejos de eso, Los Extraños goza de una clara ausencia de historia. Nunca se aclara el entorno psicológico de los personajes principales, nunca se conoce la razón que mueve a los extraños a ejecutar sus actos delictivos, nunca se sabe en realidad qué era lo que querían estos sujetos, nunca se sabe nada. Pero lo peor de todo esto, es que ese limbo argumental solo predice una cosa: habrá secuela. ¡Qué desgracia tan infinita!
Con una nómina bastante reducida, le doy gracias a Dios y a la Virgen de Santa Marta, la presencia de Liv Tyler, sobretodo en esta producción tan saturada de primeros planos y tan pocos diálogos. De no haber sido por belleza (y aquí acepto mi falta de objetividad), las innumerables repeticiones de escenas se hubieran tornado insufribles.

Viendo la entrega más reciente de X-Men, no pude evitar traer esta escena de Star Wars en el momento en el que James Howllet (posteriormente llamado James Logan - Wolverine) era enterado por un trabajador de la hacienda de que éste era su verdadero padre. Imaginen a un niño enfermizo de unos 8 o 9 años en presencia de un tipo que acaba de asesinar a su padre (del niño); el niño enfurece y le entierra unas garras que salen inesperadamente de sus puños y el tipo moribundo le dice que es su verdadero padre (lo que revela las “inocentes” actividades extramatrimoniales de la madre)….. Luke, tienes suerte!!!
De esta manera se inicia la nueva parte de la saga X-Men que como su nombre lo indica, se enmarca en los orígenes de cada uno de los personajes principales de la franquicia ya iniciada por Bryan Singer (X-Men: the Movie y X-Men 2: X-Men United), iniciando con la historia de Wolverine o Guepardo, como lo conocimos en la serie animada.